¿SOMOS MODERNOS?

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Los tiempos han cambiado y seguirán cambiando, todos esperarnos que sea así, que sigamos evolucionando positivamente y no aceptemos lo contrario. Siempre para mejor, siempre de la mano del progreso.
Perú es un país muy rico y no solo me refiero a su diversa y progresista población, sino también por sus vastos recursos naturales.
Sigue vigente la máxima acuñada hace muchos siglos, “Vale un Perú”, que hacía referencia al valor de su riqueza que yacía en sus entrañas. Con el paso del tiempo se ha ido rompiendo el mito de aquella frase, que se le atribuye a Antonio Rainiondi “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, el trabajo individual, tesonero de los peruanos, que hace la suma de la nación, contribuyen al crecimiento sostenido de todos, dejando esa frase estereotipada, obsoleta.

El turismo o como se le llama “la industria sin chimeneas”, sigue en un crecimiento sostenido, y tiene una influencia positiva en la economía por su diversidad, siendo su impacto en el medio ambiente casi nulo. Un rubro importante para el país son las exportaciones, que contempla los minerales. Cada uno de los rubros mencionados, dentro de otras. contribuye, dinámicamente al desarrollo y crecimiento económico del Perú. sus necesidades de inversión varían siendo el sector turístico el que requiere menor inversión de capital.

La extracción de minerales y su posterior exportación se ha venido realizando desde época ancestral en el Perú; en la actualidad es uno de los mayores ‘productores” del mundo. Explotar o trabajar una mina es ir contra la naturaleza misma, por ello se han diseñado procesos para reducir y paliar el impacto ambiental. El uso de los recursos hídricos exigido por los procesos en minería es elevado y por ello comprometen a otras actividades productivas.

Trabajar o explotar una mina requiere de lle­var a cabo un equilibrio con la población, con la naturaleza y el país. Extraer minerales es un proceso en el cual intervienen infinidad de conocimientos de ingeniería y otras ciencias. Un término de reciente actualidad y que se populariza dentro del mundo empresarial, cada vez más es, responsabilidad social.

Para hablar del desarrollo de un país se debe considerar lo que es bueno para la mayoría y lo que afecta directamente a un determinado grupo social o de ubicación geográfica especifica. La explotación de un nuevo proyecto en donde se encuentra un poblado y que su subsistencia depende de la tierra y el país considera que es de interés nacional, es deber de la compañía explotadora sea quien sea, que vele por los intereses futuros de esa población. No se puede actuar unilateralmente, eso solo conlleva a enfrentamientos y retrasos innecesarios. Con sensibilidad social, una buena planificación y trabajo directo con la población que será afectada, con garantías del gobierno, la aplicación de lo prometido con un buen plan de “amortiguamiento de los efectos colaterales”.

Cambiar o amenazar un modo de vida ancestral. requiere de un trabajo social intenso y especifico. de acuerdo a las necesidades de cada comunidad, basados en el diálogo y las buenas relaciones. Determinar que se llevará acabo un nuevo proyecto minero, no es una decisión crucial como las que se deben de tomar en época de crisis o de vida o muerte, por ejemplo una guerra.

Escuchar las necesidades de los afectados. Analizar los cursos alternativos de acción. Llevar a cabo un acercamiento humano. Establecer claramente cuáles serán los beneficios que recibirán y por cuanto tiempo. Desarrollar centros alternativos para poder llevar a cabo una transición de modo para poder mantenerse productivamente. Incentivar el proceso educativo que requerirán las nuevas generaciones, para lograr un cambio positivo.

El progreso es bueno para todas. Pero un progreso humano y auto sostenible. Imprescindible es, que se debe considerar lo que sucederá, cuando en los años venideros se agoten esos recursos. Ningún recurso natural es eterno, tarde o temprano si no se tomaron las previsiones oportunas, este se agotará y luego, qué. Las planificaciones cortoplacistas siempre se quedan en eso, cortas. No seamos llamados países del primer mundo, de gran progreso y hemos hipotecado el futuro del país, trabajemos por y para el bienestar de nuestras futuras generaciones. Vayamos adaptán­donos, cambiando nuestro crecimiento y progreso, desarrollando otras alternativas, sin comprometer el buen nivel de vida que todos los peruanos merecen.

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