Recuperar competitividad, Arequipa se lo merece

Recuperar competitividad, Arequipa se lo merece

La semana pasada tuve la suerte de estar en Arequipa en una reunión que convocó a empresarios, académicos y funcionarios del Estado para conversar sobre los retos que tenemos como país y como región de cara al bicentenario. Sin duda, el sector empresarial de Arequipa se ha caracte-rizado por innovar y avanzar, por descubrir nichos de mer-cado y explotar sus ventajas comparativas y por promover una convivencia pacífica y provechosa entre minería y los demás sectores.
Como lo demuestran respetadas instituciones como el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial, nuestro país ha descendido varias posiciones en el ranking mundial de competitividad y Arequipa, como región, comparada con otras a nivel nacional, también. De acuerdo con la medi-ción del Instituto Peruano de Economía (IPE), en los últi-mos años, Arequipa ha permanecido estancada según el Índice de Competitividad Regional (Incore 2017).
Dos ejemplos muy claros, en sectores importantes tanto en la generación de empleo como de divisas son el de la agroexportación y el del turismo. Y en ambos sectores, teniendo en cuenta la dotación de recursos productivos y turísticos con los que cuenta, Arequipa debería haber es-tado creciendo por lo menos a tasas similares al promedio nacional.
En cuanto a la agroexportación, de las más de 7 millones de hectáreas aptas para cultivos agrícolas que tiene el Perú, mientras Ica exportó US$ 1,4 mil millones en el 2017 de un total exportado a nivel nacional de US$ 5,1 mil millones en ese mismo año (equivalente a 27 por ciento del total nacional) producido en 254 mil hectáreas (correspondientes al 3,5 por ciento del territorio nacional), Arequipa exportó US$ 0,1 mil millones (2,5 por ciento del total exportado en productos agrícolas), en 148 mil hectáreas (2,1 por ciento de la superficie agrícola nacional). La diferencia entre el valor producido por hectárea entre Arequipa e Ica es de más de 6 (US$ 5,5 en Ica versus US$ 0,9 en Arequipa). Dado que en Arequipa existe una agricultura moderna orientada al mercado interno, esta diferencia de valores podría reducirse a 4, probablemente.
Sin embargo, es apropiado pensar en desarrollar una agri-cultura que se inserte en el mercado internacional tenien-do en cuenta las características de productividad agrícola que tiene Arequipa para producir uvas, arándanos, toma-tes, paltas, páprika, entre otros, con rendimientos que su-peran a los de otras regiones.
En ese sentido, es apropiado mencionar el atraso que tie-ne el Proyecto Majes Siguas II. Según un Estudio de Ma-croconsult, al finalizar el proyecto se estarían añadiendo 38,5 mil hectáreas de tierras irrigadas y generando 70 mil nuevos puestos de trabajo formales directos e indirectos cada año. Desde diciembre del año pasado el proyecto está paralizado a raíz de la propuesta hecha por el Con-sorcio Cobra que tiene a su cargo la concesión de Majes-Siguas II que busca introducir un cambio tecnológico para una mejor utilización del recurso hídrico. Esta mejora tec-nológica conlleva un aumento en la inversión inicialmente prevista y se está a la espera de la evaluación y viabilidad final por parte de las autoridades regionales y nacionales. Arequipa podría dar así el gran salto y exportar más de US$1 mil millones multiplicando por 8 su nivel actual, ge-nerar empleo y los efectos multiplicadores ya vistos en re-giones como Ica y La Libertad.
Un segundo ejemplo es el turismo. Todos los peruanos sabemos que el atractivo turístico número uno del Perú es la ciudadela de Machu Picchu, que recibió 1,4 millones de turistas el 2017. En segundo lugar, solía estar Arequipa, pero ya hace algunos años que la Reserva Nacional de Paracas ocupa el segundo lugar con 350 mil visitantes. Este atractivo turístico ha venido creciendo a razón de 8 por ciento en los últimos años mientras que el Cañón del Colca, con 250 mil visitantes prácticamente ha permanecido estancado en el número de turistas que lo visitan.
Para entender qué es lo que viene ocurriendo en el sector tu-rismo en Arequipa, cabría primero referirse a los principales atractivos turísticos con los que cuenta la región. Arequipa ha sido reconocida como Patrimonio Cultural de la Humani-dad por UNESCO, y desde mi modo de ver, presenta una de las ofertas turísticas más variadas del país (el Valle del Col-ca, el Centro Histórico de la Ciudad y las casonas antiguas, el Convento de Santa Catalina, el Valle de los Volcanes, y el Valle y Cañón de Cotahuasi, restaurantes de primer nivel y el Mu-seo de la Dama de Ampato con un video hecho por National Geographic). Me pregunto si está siento promocionada como corresponde en articulación conjunta Estado (gobierno na-cional y regional) y sector privado (hoteles, agencias de viajes y turísticas, aerolíneas, guías, transportistas terrestres, entre otros) y si se está llegando por los canales más convenientes a los distintos segmentos de la demanda.
Como ha quedado demostrado con la organización por tercer año consecutivo, el Festival Hay y la presencia de nuestro Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, han permitido que Arequipa recobre a nivel internacional el valor por el turismo cultural que merece recibir. Creo yo que es un tu-rismo que no hemos explotado en su totalidad.
Adicionalmente al turismo de aventura, que permite disfrutar de paisajes maravillosos y practicar deportes como el canotaje, canopy, trecking, etc. no debemos descuidar un turismo que como país nos ha permitido posicionarnos con crecimientos envidiables en los últimos años como es el de la organización de reuniones y eventos internacionales. Y otros tipos de turis-mo más especializado como el de la observación de aves como el cóndor o el de nuestra alpaca, vicuña, llama o guanaco.
La conectividad ha mejorado pero la estrechez de espacios en el Aeropuerto Jorge Chávez determinan retrasos y cancela-ciones de vuelos que han empeorado en los dos últimos años a pesar de que el aeropuerto Alejandro Ballón ha mejorado su infraestructura. Además, debe mejorar la conectividad re-gional al interior de nuestro país para no tener que regresar a Lima cada vez que se quiera hacer una conexión con otra re-gión. La oferta hotelera ha venido respondiendo poco a poco a las necesidades de los huéspedes. Sin embargo, falta mejorar la relación calidad precio, porque los precios son altos respecto a la calidad del servicio prestado. Adicionalmente, el tráfico en la ciudad ha aumentado y la inseguridad ciudadana también.
La profesionalización de los servicios es un área que se puede mejorar más para crear una marca, la marca “Are-quipa te espera”, por ejemplo que debiera apuntar a mejo-rar la calidad del servicio prestado.
Si logramos entre todos ver los beneficios más allá de los in-tereses particulares y de la coyuntura que nos divide, habre-mos recuperado la competitividad que Arequipa se merece. La agroindustria y el turismo son intensivos en mano de obra. Las universidades no deben estar ajenas a estas necesidades. Se requiere el consenso entre empresarios, catedráticos y políti-cos, de todos aquellos que quieren ver a Arequipa liderando el crecimiento a nivel nacional. Arequipa se ha caracterizado por producir con estándares internacionales bienes y servicios que su gente está acostumbrada a producir. Es el momento de re-montar el marcador y hacer las tareas que a cada uno corres-ponden para recibir el bicentenario con una región que pasó de la pérdida de competitividad al crecimiento esperanzador.

Magali Silva Velarde-Alvarez

Ex Ministra de Comercio Exterior y Turismo

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