2021 Recuperacion economica
La pandemia provocada por la COVID-2019 ha llevado al mundo y a nuestro país a una severa recesión este 2020, pero se espera que el próximo año sea de recuperación debido a la restauración de la confianza y la mejora del mercado laboral y la demanda global. Este análisis y proyecciones contenidos en el último Reporte de Inflación fueron presentados por el presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), Julio Velarde, el pasado 5 de octubre, en una conferencia virtual dirigida a empresarios, académicos y representantes del sector público de la ciudad de Arequipa, en el marco de la labor de difusión de la coyuntura económica que desarrolla la institución a nivel nacional.
Julio Velarde sostuvo que el mundo está viviendo actualmente una profunda recesión provocada principalmente por las diversas medidas de confinamiento que tuvieron que adoptar los gobiernos para hacer frente a la rápida expansión de la pandemia a nivel global. La crisis sanitaria ha derivado en grandes pérdidas en términos de producción, puestos de trabajo e ingresos a lo largo del mundo. El PBI de Perú caería 12,7 por ciento este año, y otras economías como España, Italia y Francia en Europa o Argentina en nuestra región también estarían mostrando caídas que superan los dos dígitos, explicó.
Si bien la pandemia aún no está controlada, indicó Velarde, algunos países desarrollados ya habían empezado a mostrar señales positivas de recuperación de la actividad económica como resultado de las respuestas de política económica que se han venido implementando tanto por el lado fiscal como el monetario. Los mercados financieros también habían evolucionado positivamente y se habían estabilizado, especialmente después de la decidida intervención de la Reserva Federal que puso a disposición una línea de swaps en dólares para bancos centrales.
Entre fines de marzo e inicios de abril, los mercados financieros de países emergentes estuvieron presionados por la mayor aversión global al riesgo. Posteriormente, tras los anuncios de políticas expansivas en las economías desarrolladas y en las propias economías emergentes, los rendimientos de los bonos soberanos tuvieron una sostenida tendencia a la baja llegando incluso en algunos casos a niveles por debajo de los que tenían en diciembre de 2019. El bono a 10 años de Perú, por ejemplo, tiene actualmente, un rendimiento de 3,2 por ciento comparado al 4,2 por ciento que mostraba en diciembre del año pasado.
Bajo este escenario, el Banco Central espera que la economía global se contraiga 5,0 por ciento este año y se logre una recuperación de 5,5 por ciento en el 2021, resultado que estaría sujeto a los desarrollos en torno a una vacuna.
Velarde comentó que para el caso del Perú, las proyecciones del Reporte de Inflación señalan que la economía tendría una contracción de 12,7 por ciento, la más severa de los últimos 100 años. No obstante, puntualizó que esta caída sería esencialmente resultado de las estrictas medidas sanitarias que tuvo que adoptar el gobierno para contener la expansión del COVID-19 en nuestro país, las cuales conllevaron al aislamiento social obligatorio de la población y a la paralización de actividades consideradas no esenciales.
Este cierre prolongado y casi generalizado de las actividades económicas afectaron particularmente los resultados del segundo trimestre del año en el que el PBI se contrajo 30,2 por ciento. Esto marca una diferencia con lo que sucedió en otros países, tales como México, Chile o Colombia que optaron por una cuarentena focalizada en las que se permitió el desarrollo de actividades como el comercio electrónico, el delivery o la continuación de obras públicas de infraestructura. Velarde explicó que las estrictas medidas de confinamiento causaron a una contracción severa de los ingresos de los agentes económicos y una masiva pérdida de empleos que finalmente se tradujo en una caída de la demanda interna de alrededor de 15 por ciento en el primer semestre, producto de la reducción del gasto de los hogares y la interrupción de proyectos de inversión privados y públicos por las restricciones impuestas.
Frente a ello, el objetivo de las medidas de política económica tanto por el lado monetario como por el lado fiscal han estado encaminadas, en primer lugar, a mitigar el impacto de las medidas de confinamiento y, en segundo lugar, a lograr una reactivación ordenada que permita revertir el actual ciclo económico recesivo.
El Presidente del Banco Central indicó que la economía peruana fue la primera en el mundo en bajar rápidamente su tasa de interés de referencia entre marzo y abril desde 2,25 a 0,25 por ciento siendo en ese momento la tasa más baja no solo entre las economías emergentes sino también entre las desarrolladas. Asimismo, el Banco Central ha venido adoptando una serie de medidas que han estado dirigidas a reducir el costo financiero, proveer liquidez al sistema financiero y a reducir la volatilidad de las tasas de interés y del tipo de cambio.
En el ámbito fiscal, indicó que para este año se esperaba que el déficit fiscal se elevara hasta 9,2 por ciento del PBI debido a la mayor demanda de recursos y, en particular, a la fuerte caída que ha tenido la recaudación en un contexto recesivo. Conforme se consolide el proceso de reapertura y las actividades se vayan normalizando, los ingresos fiscales deberían recuperarse a lo largo del próximo año y con ello brindar más espacio para permitir un mayor dinamismo de la inversión pública.
Comentó que en una reciente publicación el FMI estimaba que en periodos de alta incertidumbre como el actual el multiplicador de la inversión pública podría elevarse a casi 2,7, lo que revela la importancia de la política de gasto fiscal. En este sentido, resulta imprescindible poner en marcha todos aquellos proyectos que se encuentra paralizados como el de Majes-Sihuas en la región Arequipa por el alto impacto que tendría sobre el nivel de actividad y empleo en toda la zona Sur del país.
Velarde explicó que, en línea con la posición monetaria expansiva, la liquidez del sistema financiero creció al mes de agosto en casi 26 por ciento. Esta inyección de liquidez que hemos tenido en estos meses ha sido una de las mayores a nivel de la economía global y sólo ha sido posible gracias a que nuestros fundamentos económicos se mantienen sólidos.
Asimismo, la expansión del crédito ha tenido en todo este periodo un comportamiento anti-cíclico, contrario a lo que sucede generalmente en un ciclo recesivo, con una tasa interanual de 14 por ciento al mes de agosto, y que ha beneficiado principalmente a las medianas, pequeñas y microempresas a través de Programa Reactiva Perú. Detalló que este grupo de empresas han recibido alrededor del 50 por ciento del crédito otorgado por Reactiva, nivel superior a lo que recibían del sistema financiero previo a la pandemia y por encima de su participación (35 por ciento) en el nivel de ventas totales. A través de este programa se ha beneficiado a casi medio millón de empresas que generaban 2,8 millones de empleos al inicio de la pandemia.
Con relación a la inflación, señaló que la tasa interanual se ha mantenido desde setiembre de 2019 en el tramo inferior del rango meta, ubicándose en agosto en una tasa anual de 1,69 por ciento. Se espera que a fin de año esté por debajo de 1 por ciento, manteniéndose en alrededor de 1 por ciento para el 2021.
Finalmente, Julio Velarde remarcó la importancia de mantener buenos fundamentos macroeconómicos, especialmente en un entorno de alta incertidumbre como el actual. Enfatizó los beneficios de impulsar las obras de infraestructura a través de la inversión pública y las asociaciones públicasprivadas para ayudar a revertir este ciclo recesivo y subrayó la necesidad de mantener un orden económico y jurídico estable y predecible.
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